Turquía: ¿El fin de la era de los tulipanes?
La economía turca ha experimentado varios impactos durante 2015 y 2016. Las crecientes incertidumbres políticas, las tensiones regionales, el aumento de las tasas de Estados Unidos, la rebaja de la calificación crediticia y los problemas de seguridad interna, han provocado una disminución de los ingresos del turismo, una desaceleración de la demanda de los consumidores, una disminución del apetito de los inversores extranjeros y nacionales y la debilidad de la moneda local. Estos factores han contribuido a una ralentización de las entradas de capital en Turquía, flujos de los que depende en gran medida la actividad económica del país. Agravado por la aversión al riesgo global y porque las empresas locales pagan sus deudas en dólares, este entorno ha causado una fuerte depreciación de la lira y amenaza al comportamiento de pago del sector corporativo, así como al apetito de inversión y las perspectivas de crecimiento. Coface prevé un crecimiento de la economía turca de un 2,5% en 2016 y un 2,7% en 2017.
No obstante, hay que destacar que, a pesar de estos impactos internos y externos de los últimos días, la economía turca ha demostrado su resiliencia. La producción manufacturera ha seguido aumentando anualmente, principalmente gracias a la recuperación económica de Europa, el principal socio comercial de Turquía. Las medidas adoptadas para impulsar la demanda doméstica deberían repercutir sobre el consumo en el futuro inmediato. Gracias a la evolución de las relaciones con sus países vecinos, los ingresos por el sector del turismo deberían comenzar a aumentar en el segundo semestre de 2017. Las exportaciones a la Unión Europea siguen incrementándose, compensando parcialmente la caída de los beneficios de los exportadores. El incremento del gasto público también sustentará la actividad económica, especialmente a través del reciente paquete de incentivos destinado a estimular la inversión.
Más importante, la implementación de reformas estructurales significa que el camino hacia el crecimiento sostenible en el medio plazo aún parece promisorio para la economía, sobre todo gracias a la joven población y al gran mercado doméstico de Turquía. A pesar de la ralentización del crecimiento económico, la economía ha experimentado una evolución continua en los últimos 27 trimestres.
Tras desarrollar esta desafiante previsión en la primera sección, analizaremos el sector de la venta minorista, ya que es un buen indicador, tanto de la demanda interna como del impacto de los riegos cambiarios para las empresas. El estudio examinará posteriormente al sector automotriz, donde las ventas domésticas están aumentado y las exportaciones mantienen su robustez, gracias a la recuperación europea.
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- Perspectivas bajas de crecimiento
- Riesgo sectorial