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26/03/2013
Noticias Corporativas

Países emergentes ayudarían a capear el temporal / Revista el Campo

CÓMO SE EVALÚA

 

En su evaluación del riesgo país, Coface mide el nivel promedio de los valores predeterminados de pago de las empresas en un país en el marco de sus transacciones comerciales en el corto plazo. No corresponden a la deuda soberana. Para determinar el riesgo país, Coface combina las perspectivas económicas, financieras y políticas del país, experiencia de pago de Coface y evaluación del clima de negocios.

 

La evaluadora de riesgo Coface Chile estima que continuará la recesión en Europa y que EE.UU. tendrá un crecimiento más lento. Indonesia y Filipinas aparecen como más seguros. Chile tendrá que seguir mirando a los países emergentes este año para mantener o mejorar el volumen de sus exportaciones. Es lo que se deduce del último análisis de riesgo sobre Europa y Estados Unidos, realizado por Coface Chile, rebajó las evaluaciones de varias de las economías europeas.

 

Basta ver lo que viene pasando en Europa -ahora con Chipre complicado, lo que provocá la caída de las principales bolsas europeas la semana pasada- para entender que la evaluadora de riesgo tiene razones para considerar que la situación de Europa continúa preocupante, especialmente por las deudas pública y privada. A lo anterior, y producto de lo mismo, se agrega que continúa empeorando la situación laboral en la mayoría de los países, lo que provoca que la confianza de los hogares y de las empresas siga en niveles bajos, lo que mantiene el nivel de gastos restringido. A ello se agrega un empresariado que está a la espera de decisiones económico-políticas.

 

A ello se agrega la compleja situación que vive la política presupuestaria de Estados Unidos, que "también puede afectar no solo al crecimiento de dicho país, sino empeorar la economía mundial", sostiene Coface. Hay que dejar claro, eso sí, que a mediados de la semana pasada se vieron indicios de una mayor confianza en ese país, lo que provocó una leve alza del Dow Jones.

 

Es precisamente a partir de lo compleja que se ve la economía de los dos principales conglomerados económicos occidentales lo que lleva a predecir una recesión continua en -0,1% en la Eurozona, con una persistente contracción de la actividad en el sur de Europa. Agrega que, además, el crecimiento en los Estados Unidos se ralentizarí a +1,5%. La noticia positiva viene por el lado de los países emergentes que, de acuerdo con Coface, registrarán un crecimiento positivo y sostenido de 5,2%.

 

"El riesgo de una crisis sistémica en Europa ha disminuido y las exportaciones se han reanudado en el sur de Europa, hechos que son una buena noticia. Sin embargo, la actividad en la Eurozona seguirá contraída en 2013. El insuficiente progreso en la reforma de las instituciones europeas, la desaceleración rápida del mercado de trabajo y el peso de la deuda pública y privada están mermando la confianza de los actores de la economía -los empresarios- quienes han detenido sus proyectos a la espera de definiciones. Por otra parte, el consumo es precario, lo que conduce a la insolvencia de muchas empresas. La crisis en la economía real es persistente en las empresas y no terminará en 2013", afirma Louis des Cars, CEO de Coface Chile.

 

Ante esta compleja situación, Coface rebajó por segunda vez consecutiva las evaluaciones de Italia y España a B, -para quienes se espera que su actividad económica se contraiga en 1% y 1,5%, respectivamente, en 2013- tras su descenso de categoría A4 hace un año y A4 en vigilancia negativa aplicada en julio de 2012.

 

Esto porque "se prevé otro año negro para las empresas españolas, mientras que las italianas enfrentarán un aumento en el número de insolvencias y un acceso al crédito bancario cada vez más escaso", explica.

 

Si bien se estima que los países emergentes serán los que mejor navegarán en estas aguas turbulentas, en Europa, la República Checa y Eslovenia, dependen de la caída de la demanda en Europa occidental. Ello significó que la empresa mantuviera su evaluación de A3 bajo vigilancia negativa.

 

En este mismo grupo, Polonia con una economía menos abierta, está empezando a verse afectado por la recesión europea. La desaceleración en la actividad económica y en particular en la construcción impulsó a evaluarla en A3 bajo vigilancia negativa.

 

Para Japón -que estaba en A1-, la evaluadora modificó la calificación ubicándolo en vigilancia negativa, lo que aumenta el riesgo de bajar a A2. Las razones son el riesgo de caída de las exportaciones, en particular a China.

 

Los que capean el temporal

 

Frente a esta situación nuevamente son los países emergentes, especialmente de Asia, los que ayudan a capear el temporal, con una reevaluación positiva para varios de ellos.

 

"La continua mejora de riesgos corporativos en países emergentes se atribuye a la mayor resistencia a las crisis externas, como resultado de una mayor capacidad de respuesta con la implementación de políticas económicas prudentes, permitiendo entre otros la expansión de sus clases medias", explica des Cars.

 

Es a partir de ahí que la entidad subió la evaluación de Indonesia de C a B y ha puesto la B de Filipinas en observación positiva con posibilidades de pasar a A4. El alto crecimiento y progreso en las finanzas públicas y en su sector bancario, han reducido considerablemente los riesgos en ambas economías.

 

A pesar de lo positivo que resulta la evaluación para los países emergentes, des Cars hace un llamado a que las empresas exportadoras no dejen de tomar precauciones frente a economías que todavía tienen mucho camino por recorrer. "Todavía hay tensión política y social, acompañada de omisiones por parte de algunos gobiernos. La expansión de la clase media es más exigente en términos de derechos legales, medidas contra la corrupción, la libertad y transparencia. Las instituciones políticas en los países emergentes se enfrentan al reto de adaptarse a la nueva situación", explica.

 

El país que aparece como preocupante para los analistas es India, quienes ven que el modelo no está funcionando. En esta mirada negativa consideran factores como la lentitud de las reformas, las deficiencias en infraestructura y un gobierno incapaz de responder a las nuevas expectativas de la clase media, junto con un crecimiento muy por debajo de su potencial. Todo ello se ha combinado para aumentar los niveles de deuda corporativa, lo que llevó a Coface a bajar la evaluación de A3 a A4.

 

En tanto, a Sudáfrica, calificado en A3, Coface lo puso bajo vigilancia negativa, debido al riesgo de que aumente el malestar social, ya que el crecimiento está muy por debajo de la tasa promedio de los otros países emergentes.

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