Oportunidades y riesgos del mercado vitivinícola
Las proyecciones son que cae la superficie de cultivo en Francia, Italia y España, que en conjunto representan el 48% de la producción mundial de vino. Se proyecta que al 2027 la principal demanda provendrá de Asia y habrá una mayor competencia con los vinos del Nuevo Mundo.
La producción vinícola mundial está dominada por Italia, Francia y España que, en conjunto, representan el 48% de la producción mundial. Cada uno de estos tres países tiene su propio modelo de producción. Estos modelos coexistentes están basados en "posiciones de producto" complementarias, claramente identificables a través de sus estructuras de exportación. Asimismo, actualmente los tres principales exportadores europeos representan dos terceras partes de las exportaciones vinícolas, en términos de valor y volumen, pero ¿podrá Europa enfrentarse a la creciente competitividad del nuevo mundo? ¿será capaz de retener su posición de liderazgo en el comercio vinícola? , es lo que se plantea un análisis de las oportunidades y riesgos de los principales competidores de este rubro, realizado por Coface Chile.
En este panorama resultan clave las estrategias productivas y exportadoras de cada uno de estos países.
El posicionamiento del mercado francés se basa en la creación de valor. Su ratio de calidad, es decir la relación entre valor de exportación y volumen es respectivamente dos y cinco veces superior a los de Italia y España. Italia tiene una posición intermedia, que se está dirigiendo cada vez más hacia el modelo cualitativo. El aumento del ratio de calidad italiano es similar al de Francia con un 240% el italiano frente al 250% del francés, entre 2001 y 2014. Para estos tres países, las superficies de cultivo están disminuyendo con un 12% menos en Francia, 20% menos en Italia y un 18% menos en España; en línea con una tendencia de producción a la baja vinculada a la reestructuración. Sin embargo, la superficie de cultivo en España sigue siendo en promedio un 35% superior a la de sus países vecinos.
Mientras España se convirtió en el primer exportador mundial de vino en volumen en 2014, posee el modelo más vulnerable de los tres en términos de la competencia que proviene de los competidores del nuevo mundo. Esto es debido al posicionamiento bajo y medio de sus líneas de producto.
El embate del Nuevo Mundo
"Europa está enfrentado a un escenario de riesgos y oportunidades dado que hay un aumento del consumo de vino en China, pero mayor competitividad procedente del nuevo mundo", sostiene el informe.
En este panorama mientras los exportadores tradicionales están resistiendo, la producción en Europa, con la excepción de España, está decayendo.
Los acuerdos de libre comercio entre China, Australia, Chile y Nueva Zelanda proporcionan ventajas a sus exportadores vinícolas, que debido a estos acuerdos no deben pagar aranceles por sus vinos, indica el informe de Coface. "Esto significa que los exportadores tradicionales se enfrentan a una competitividad mayor en los mercados de nivel medio y bajo. Por otra parte, unos tipos de interés más bajos en Chile y Sudáfrica están aumentado la competitividad de sus precios. El mercado africano todavía tiene un bajo nivel de consumo de vino, pero se considera que posee un alto potencial de crecimiento, mientras que el potencial de crecimiento en Asia es incluso mayor", sostiene el análisis.
El informe recalca que "el consumo de vino está decayendo en Europa pero aumentando en el resto del mundo, de hecho se espera que para 2027, la demanda la encabezarán principalmente China y los Estados Unidos".
La posición de Francia como principal consumidor mundial de vino con 43,8 litros de vino por persona por año en 2013, se está empezando a estabilizar. El consumo europeo de vino también está descendiendo cayó en 17.000 hectolitros entre 2003 y 2013. Las previsiones de Coface son que para 2027, la demanda más alta procederá de Asia. La popularidad del vino en China se espera que se acelere, gracias a la creciente población de clase media, que podría aumentar el triple para 2022. Se prevé que las importaciones de vino aumenten considerablemente para satisfacer la demanda. Solo en los últimos seis años, las importaciones han ascendido a cerca de 1.800 millones de dólares y 238.000 toneladas de vino adicionales.