Las empresas se ven afectadas por la lentitud de las reformas / Asexma
India es un mercado de alta relevancia para Chile, principalmente en la exportación de carnes blancas como pavo y cerdo; frutas y vino. Está en clasificación A3 con vigilancia negativa, lo que significa que la incidencia de impago a nivel mundial no es alta pero si de cuidado. De hecho Coface Chile en su indicador de siniestros a diciembre de 2012, indica que dicho país representó un 5,35 de los pagos que se han debido cubrir a los asegurados y en el ranking por país de destino figura en sexto lugar. “En el caso de los exportadores nacionales, los siniestros están todos relacionados con el sector frutícola, con un aumento de un 315,47% con respecto al año anterior”, explica Louis de Cars, CEO Coface Chile.
A pesar de la contingencia, la economía hindú continúa funcionando sobre permanentes problemáticas las que el país y las empresas deben hacer frente para retomar el vuelo. El crecimiento sólo alcanzó el 5,3% en el 2012, su nivel más bajo desde hace nueve años. En el 2013 el crecimiento se mantiene a un nivel que está muy por debajo de su potencial.
Ello por cuanto, no obstante la intención de puesta en marcha de reformas efectivas podría hacer que India entrara en un nuevo ciclo de crecimiento, más dinámico, el inmovilismo político complica el panorama y con ello afecta principalmente a las empresas víctimas colaterales de la clase política.
“En 1991, la India experimentó una crisis de su divisa que fue el origen de una oleada de reformas estructurales que permitieron a su economía crecer casi el 7% anual como promedio durante los últimos veinte años (e incluso al 9% entre 2004 y 2007). En la actualidad, la India debe hacer frente a retos similares: alto déficit presupuestario (cercano al 6% este año frente a más del 8% en 1991) y un déficit por cuenta corriente (aproximadamente el 3%) en ambos casos cifras elevados. Al igual que en 1991, la actual ralentización de la actividad refleja las debilidades estructurales de la economía. Sin embargo, la India cuenta con un grado de apertura reducido, lo que le hace menos vulnerable a los choques externos, y con un sector de servicios dinámico que representa el 55% del PIB” explica des Cars.
El estancamiento de la actividad obedece en parte por el ajuste de la política monetaria de India, que ha penalizado la inversión y el crédito. La recuperación de la actividad, en especial de la inversión de las empresas, depende de la puesta en marcha de reformas profundas cuya aplicación resulta incierta y se ve dificultada por la demagogia política.
El 27% de las empresas declara que sus dificultades se ven acentuadas por la fuerte competencia a nivel nacional. No obstante, sólo el 15% de las empresas en 2011 (32% en 2010) declara que dicha fuerte competencia es el origen de las dificultades financieras de los clientes que incumplen pagos.
En paralelo al nuevo ajuste de la política monetaria, son principalmente las razones estructurales las que explican los persistentes problemas de financiación de las empresas en la India. En efecto, el sistema de créditos dirigidos obliga a los bancos nacionales y extranjeros a conceder el 40% de sus créditos a sectores considerados prioritarios por las autoridades debido a su impacto social y económico.
En 2011, el 26% de las empresas hacían referencia a los “caos en la gestión” y a la “falta de ética” como causa de los impagos que padecen. En realidad, estas preocupaciones reflejan la presencia de varios problemas como la falta de transparencia en los resultados financieros de medianas empresas .Además, determinados indicadores subrayan las deficiencias persistentes en la calidad del marco legislativo y un nivel de corrupción muy elevado.
En India, los salarios han aumentado de manera importante en los últimos años, lo que afecta a los márgenes de las empresas y, por lo tanto, a sus decisiones de inversión. Además, India cuenta con la ventaja de un crecimiento demográfico dinámico. Con ello se ha incrementado la clase media y la demanda de productos de alimentos una vez reservado para una minoría como leche, carne y huevos ha aumentado muy lentamente mientras progresa la productividad agrícola.
Ello se transforma en una oportunidad para los exportadores que cuentan con un nicho de 1.223.170 millones de habitantes, el segundo país más poblado de China y con una natalidad anual aproximada de 15 millones personas. Particularmente esta oportunidad está para los productores de carnes bancas que no registran siniestros y los de vino que tienen un gran mercado por conquistar a pesar que se ven afectados a un fuerte arancel que se impone al producto (de un 160 %), que sumado a otros costos adicionales en la cadena de venta puede llegar a encarecer una botella hasta un 600%. Los del sector frutícola, deben estar más atentos al comprador final, dado el incremento en los impagos.