La transformación de los riesgos en Rusia /Revista del Campo - El Mercurio
Si bien la prohibición de adquirir productos a la UE y EE.UU. pareció abrir una oportunidad interesante, las condiciones internas del país se han vuelto de mayor riesgo para los exportadores.
La prohibición rusa, en agosto, a la importación de alimentos desde la Unión Europea y Estados Unidos abrió un nuevo espacio para los países de la región, incluido Chile. Si bien el país está desde hace tiempo exportando a esa nación, las nuevas condiciones generaron interés ante la posibilidad de incrementar las exportaciones de carne de cerdo y de ave; frutas y verduras, incluyendo las papas, a un país que tiene un potencial de crecimiento en comercio exterior más que interesante.
Sin embargo, en Coface Chile advierten que no basta tener una cuota de mercado más holgada o menos competitiva para que sea certeza de ganancia para los exportadores nacionales.
"A la tradicional evaluación de riesgo país que considera la estimación del riesgo soberano y vulnerabilidad exterior, se han agregado tres nuevos peligros que deben ser controlados: inestabilidad política, un creciente proteccionismo y burbujas de crédito", indica Louis des Cars, CEO de Coface Chile.
Con relación al riesgo de inestabilidad política, Des Cars explica que este ha aumentado con la nueva demanda de los países emergentes y el incremento de medios para expresarse. "Así que con la ayuda de un marco renovado para la evaluación de riesgo político, Coface puede mostrar que todavía hay un alto riesgo de inestabilidad en Rusia", recalca.
Por otro lado, "ha aumentado el proteccionismo financiero y comercial, que es el resultado de choques exógenos que han afectado a los países emergentes desde 2008. Con ello podría preverse en un futuro, no solo posibles aplazamientos de pago para los importadores, sino también más barreras de entrada para las empresas extranjeras que desean beneficiarse del dinamismo de la demanda interna de la economía rusa", comenta.
Con relación a la burbuja de crédito, el financiamiento bancario ha sido muy dinámico, hasta el punto de formar burbujas reales en los mercados de crédito para empresas y particulares. Por ello Coface supervisa a Rusia donde existe un peligro del boom del crédito.
A todo lo anterior se agrega que el crecimiento del país claramente se ha ralentizado: en el 2014 es de -0,5% en comparación con 2013, cuando tenía una tasa de un 1,5%; y 0,9% menos año a año, lo que confirma la desaceleración de la economía rusa.
Aun más, desde el 2013 la inversión en ese país es lenta y ha tenido una caída neta de 4,8% en 2014, "tendencia que debería seguir siendo muy restringida por la subida de las tasas de interés y el bajo nivel de confianza en los negocios", comenta Des Cars. El indicador compuesto de la actividad manufacturera (PMI) está por debajo del 50% con un 48,3% menos.
"El consumo privado seguirá siendo el principal impulsor de la actividad económica en un contexto de desempleo de un 5,4%. Pero el control de gasto público impuesto por las nuevas reglas de presupuesto debe sostener al gobierno a moderar el aumento de los salarios. Además, el alto nivel de la inflación y la creciente deuda de los hogares podrían comenzar a pesar sobre el consumo. Por ello es muy importante estar en conocimiento del balance y estado financiero del comprador final en Rusia dado que una son las iniciativas estatales y otras la capacidades de pago de las empresas importadoras", explica el CEO de Coface Chile.
La inflación ha permanecido alta durante el presente año. En esto ha influido el aumento en las tarifas de los servicios públicos y el precio de los alimentos, pero además la depreciación en el rublo, lo que encarece los productos importados y aumenta bruscamente la presión al alza sobre los precios.
"El mayor deterioro en la situación con Ucrania y la sanción adicional internacional contra Rusia podría acelerar la depreciación de las salidas de capital y el rublo que alcanzó US$ 51 billones en 2014, intensificando la desaceleración del crecimiento", dice Des Cars.
El leve déficit fiscal de 2013 se amplió en lo que va de 2014.
De acuerdo con Coface, los ingresos por el petróleo alcanzan el 50% y dada la debilidad de la actividad económica, restringirá los ingresos provenientes de otros sectores. "Además, se han incrementado el presupuesto de Defensa y los costos vinculados a la anexión de Crimea, aunque escalonadas en el tiempo también afectan el presupuesto, como el déficit recurrente en el sistema de pensiones. Un agudo deterioro de la situación con Ucrania y las nuevas sanciones podrían aumentar el déficit, teniendo en cuenta el impacto de la desaceleración económica en los ingresos fiscales. Sin embargo, las finanzas públicas rusas siguen siendo sólidas con una deuda pública de alrededor del 13% del PIB, dejando al gobierno con margen de maniobra".
La balanza por cuenta corriente debe permanecer en exceso en este año, pero continuará deteriorándose. Las exportaciones, dominadas por el petróleo y el gas que corresponden a los dos tercios de los ingresos rusos por exportaciones son limitadas por los precios del mercado que, a lo sumo, se espera se estabilicen. Las exportaciones no petroleras siguen siendo limitadas por un moderado repunte en la demanda externa y la débil competitividad que la depreciación del rublo no es suficiente para impulsar. "En ese contexto, la mejora en la balanza en la cuenta corriente observada se explica exclusivamente por una caída en las importaciones, que aumentan ligeramente durante lo que queda del año", indica Des Cars.
Agrega que respecto "no obstante, la intervención de Crimea ha aumentado la popularidad del Presidente Putin a nivel nacional, podría deteriorarse la situación social en un contexto de desaceleración económica, un aumento de la inflación y el endurecimiento del régimen. Están aumentando las medidas con el fin de controlar los medios de comunicación y restringir la libertad de expresión, limitando considerablemente la capacidad de organizar los movimientos de oposición".
Las discrepancias con respecto a la protección de los derechos de propiedad, la debilidad en la gobernanza y la falta de transparencia empresarial, particularmente en términos de accionistas, debilitan considerablemente el entorno empresarial. Rusia ocupa el lugar 176 de 215 en cuanto al control de la corrupción, según los indicadores de gobernabilidad del Banco Mundial, que sigue siendo una debilidad recurrente.
Así, en Coface califican a Rusia en el nivel B, con una clara advertencia de ser un mercado de riesgo de impago, es decir, los exportadores deben actuar con cautela.