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30/06/2015
Noticias Corporativas

Los nuevos retos de la economía turca / Revista del Campo - El Mercurio

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Durante los últimos 10 años, la economía turca ha crecido a una tasa promedio de 4,9%, empujada por el consumo doméstico, apoyado por el país que tenía una gran liquidez. Sin embargo, tras la crisis económica internacional, los cambios que se viven en la economía global están generando nuevas condiciones a la economía turca, sobre las que Coface Chile llama a poner atención, especialmente en las exportaciones agroalimentarias nacionales, como las nueces y frutos secos.

 

Detrás de esas nuevas condiciones están las tasas de tipo de cambio, cuya volatilidad ha aumentado junto con la incertidumbre política. Ello inevitablemente está afectando el gasto y el consumo local. Es que, como indican en Coface Chile, después de una década de reformas bien implementadas y un alto crecimiento de tasas, la economía turca parece tener dificultades para mantener el mismo desempeño en el crecimiento y con ello aumentan los niveles de riesgos financieros en los compradores finales. Por ello, aparecen nuevos retos para el país.

 

"Si bien su crecimiento se mantiene fuerte, Turquía está sufriendo el regreso de las crisis tradicionales, con salidas de capital y tensiones recurrentes en el tipo de cambio. La combinación de una desaceleración económica, el aumento de la deuda privada y las depreciaciones repetidas, han llevado a revisar a la baja la clasificación de riesgo de dicho país de A4 a B. No obstante ello, es importante señalar que si bien las empresas están en riesgo, las crisis sistémicas ya no son habituales. Los bancos son más fuertes y las finanzas públicas son sólidas. ", explica Louis des Cars, CEO Coface Chile.

 

La fuerte depreciación del tipo de cambio, que comenzó en diciembre de 2013, terminó solo después de la marcada reducción en los tipos de interés realizados por el Banco Central a finales de enero de 2014. Sin embargo, esta depreciación de la lira turca continúa afectando negativamente a los balances de las empresas.

Por otra parte, las medidas de restricción de crédito establecidas por el Reglamento de Banca y Supervisión (BRSA) al principio del año para contener el déficit por cuenta corriente han ralentizado la demanda interna, uno de los factores que dificultaron a las empresas el cobro de sus facturas.

 

Ante esta situación, se produjo un deterioro de la capacidad de pago en los sectores cuya producción y ventas se centran principalmente en el mercado interno. El aumento en el número de letras impugnadas y cheques sin fondos confirma esta tendencia. Los cheques sin fondos ascendieron a 15.900 millones de liras turcas en los primeros 10 meses de 2014, un aumento de 5,4%. La cantidad de letras protestadas o impugnadas también subió 9,1% interanual en los primeros diez meses de 2014, debido al aumento de los intereses y la desaceleración de la demanda interna.

 

"En ese contexto, también se generan nuevos desafío en las cuentas por cobrar para los exportadores chilenos del sector frutícola y agroalimentario, y particularmente de nueces, almendras, ciruelas deshidratadas, pasas, pisco y vinos que concentran sus envíos en dicho mercado, con importante demanda de estos productos, y que además cuenta con un Tratado de Libre Comercio desde el 1 de marzo de 2011, que ha permitido un incremento de las exportaciones totales de Chile a ese país de 24%. Los exportadores nacionales deben estar más cuidadosos frente a estas no tan buenas perspectivas de crecimiento, la deuda del sector privado y la renovada volatilidad en los tipos de cambio que redundan en el comportamiento de pago de su comprador final", agrega Des Cars.

 

De lo anterior surge la necesidad de que el país incremente los ingresos exportando productos con mayor valor agregado. "La diversificación y sofisticación del mercado de las exportaciones turcas han comenzado a mostrar su problemática, en línea con los crecientes riesgos del mercado tradicional de exportación de Turquía", plantea Des Cars.

De acuerdo con los expertos de Coface, la mayoría de las exportaciones turcas tienen un nivel relativamente promedio de tecnología, lo que reduce su competitividad.

 

"Solo el 3% de los productos de manufactura de exportación incorpora un alto nivel de investigación y desarrollo. Debido a que la sofisticación de la exportación permanece limitada, se limita el incremento en el volumen y en el valor de sus exportaciones. Ello parece ser una de las razones que causa el estancamiento de las exportaciones de Turquía durante 2014 y a principios de 2015", indica el experto.

 

A pesar de estos retos, Turquía tiene fortalezas: como un bajo déficit y baja deuda pública, así como un limitado déficit exterior en línea con el bajo crecimiento. Un posible tratado entre Irán y los países P5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) podría también implicar la llegada de nuevas inversiones y abrir las oportunidades de exportación para las compañías turcas.

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