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09/11/2015
Publicaciones económicas

Brasil - No existe una solución rápida para la crisis

Brasil - No existe una solución rápida para la crisis

Brasil creció en las últimas décadas, gracias al auge de los precios de los productos básicos y del consumo más fuerte de los hogares. El país sufrió de la crisis de 2008-2009, a cause de inyecciones de liquidez de los bancos públicos. La proporción del PIB aumento significativamente durante 6 años de 2008 a 2014, de un 39.7% a un 54.7%. Además, las tasas de intereses de Benchmark Selic descendieron hasta sus niveles más bajos, de 7.25 % en Octubre de 2012. Esta mejora en las condiciones de créditos esta en perfecta sinergia con la clase social media de los países emergentes. Sin embargo, este movimiento no se aplicó del lado del suministro. La industria se volvió cada vez más vulnerable a las importaciones, debido a la combinación de las infraestructuras brasileñas deficientes y a los altos costos de producción. Estas debilidades fueron particularmente asociadas a la fuerza laboral del país cuyos salarios han subido muy por encima de la productividad durante este periodo.

El Gobierno ha intentado contener la hemorragia de la industria reduciendo temporalmente los impuestos de los sectores sensibles. Sin embargo, esto se logró solamente como medida paliativa y no fue suficiente para impulsar la actividad, y mucho menos para estimular las inversiones. La actividad ha perdido ritmo en los últimos años, como el modelo de crecimiento basado en el consumo que llego a agotarse y los precios de los precios básicos disminuyeron.

En 2014, quedo claro de que los cambios mayores del modelo económico eran necesarios – a pesar del hecho de que habría elecciones presidenciales en Octubre del mismo año.

En 2014, el crecimiento del PIB se situó a un magro 0.1% debido a la inflación (energía artificialmente baja y precios del petróleo) y al aumento de los gastos públicos (+1.3%).

El año 2015 empezó con el segundo mandato presidencial de Dilma Rousseff. Ganó las elecciones, pero se encontró con una batalla mucho más dura: controlar la inflación y el grave deterioro de las cuentas públicas. Hasta ahora, el Gobierno no ha logrado mejorar los fundamentos de macroeconomía. A Principios de Septiembre, Standard & Poors bajaron la evaluación de Brasil a un estado de “basura”. Coface también reviso a la baja la Evaluación Riesgo del país, de A4 a b (véase table2). Las razones que llevaron a esta decisión serán intensamente analizadas dentro de la primer parte del Panorama. La segunda sección de la actualización del barómetro sectorial revela los efectos de la recesión por sectores. Esa información está basada en el análisis de los rendimientos financieros de empresas en distintas industrias, destacando donde los riesgos han aumentado y donde permanecen estables. No es sorprendente que ningún segmento haya reportado mejoras.    

Las notas de Tres industrias – automotriz, construcción e industria del acero – han sido degradado de “alto riesgo” a un riesgo muy elevado. 

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