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24/07/2014
Noticias Corporativas

Riesgo País Europa ¿Se establizará la tasa de insolvencia? / Asexma

Riesgo País Europa ¿Se establizará la tasa de insolvencia? / Asexma

En 2013 Coface determinó que las insolvencias en Europa Central y Oriental batían un nuevo récord con 70.000 empresas afectadas. Con ello superó el récord de 2012: un 5% más de quiebras debido a la desaceleración de la eurozona y a las restricciones presupuestarias. Los sectores más rezagados fueron construcción, y comercio al por mayor y al por menor.

 

Las empresas de la región de Europa Central y Oriental se enfrentaron a un año difícil en 2013: la ya débil situación económica se deterioró y el consumo de los hogares se redujo debido a las medidas fiscales destinadas a enfrentar el aumento del déficit presupuestario. El acceso al crédito se restringió aún más en línea con la reducción de la oferta y la demanda de nuevos préstamos. Esta situación afectó directamente a las empresas y las obligó a revisar a la baja sus objetivos de ventas. Por otra parte, las exportaciones – el ansiado contribuyente al crecimiento del PIB – se vieron afectadas por la desaceleración de la zona euro, donde tradicionalmente las economías de Europa Central y Oriental llevan a cabo la mayor parte de su comercio exterior.

 

La caída de la demanda, la disminución del gasto familiar y la creciente competencia tienen un impacto negativo directo en los sectores del comercio al por menor y al por mayor. Durante el segundo semestre de 2013 se percibía una lenta recuperación tras un período de crisis, estimulada por la baja inflación y el retorno de la confianza del consumidor.

 

Teniendo en consideración este escenario es necesario preguntarnos cuáles son las perspectivas para el 2014 y 2015 ¿Se estabilizará finalmente la tasa de insolvencia?

 

El primer trimestre de 2014 fue más positivo en términos de perspectivas económicas. Por ello, Coface prevé que la tasa de crecimiento promedio de los países de Europa Central y Oriental casi se duplicará, pasando de 1,1% en 2013 al 2% en 2014. Los impulsores de esta mejora seguirán siendo los países bálticos, con Letonia y Lituania a la vanguardia de la región de Europa Central y Oriental; con un crecimiento previsto de 4,2% y 3,4%, respectivamente. Las otras economías de esta región también experimentarán tasas de crecimiento más altas en comparación con 2013. La principal fuente de crecimiento será el incremento de las exportaciones y el consumo privado. En este entorno mejorado, las empresas deberían sentirse más cómodas para realizar sus transacciones e inversiones comerciales.

 

A pesar de la recuperación, el crecimiento en Europa Occidental seguirá siendo moderado, registrando un 1% en 2014. Dos economías estables serán los principales impulsores de este crecimiento – Austria y Alemania-, con tasas de crecimiento previstas del 1,7%. Ambos países se beneficiarán de la recuperación del consumo de los hogares impulsada por el descenso del desempleo en la Unión Europea, los aumentos salariales, así como la creciente demanda externa de sus productos.

 

Las empresas de Europa Central y Oriental se beneficiarán de la mejora de la situación de sus principales socios comerciales extranjeros. Sin embargo, pasará algún tiempo antes de que las empresas se encuentren menos restringidas en sus actividades comerciales y los resultados se reflejen en sus cuentas. Mientras que Polonia y Letonia deberían registrar una disminución en el número de insolvencias en 2014, el resto de la región experimentará un aumento. República Checa, Hungría, Rumania así como Croacia y Eslovenia registrarán los mayores incrementos.

 

Con relación a España y Francia, dos mercados importantes para los destinos nacionales, Coface prevé para el 2014 un descenso del 13% de las insolvencias de las pymes en España y su estabilización en Francia.

 

Con perfiles comparables en términos de actividad empresarial, España y Francia están siguiendo una tendencia preocupante en lo referente a las insolvencias de empresas. Sin embargo, las [1] de ambos países han evolucionado de manera diferente desde la crisis de 2008-2009, y las previsiones de insolvencias para 2014 subrayan aún más esta divergencia.

 

En Francia como en España, el nivel de insolvencia de las PYME sigue siendo preocupante, y su impacto económico es significativo dado que éstas dan empleo a más de un tercio de los asalariados y representan un porcentaje importante del valor añadido [2], el 32% en Francia y el 37,4% en España.

 

Después de un fuerte aumento del 30% en 2013, tiempo donde las insolvencias de las  españolas superan el nivel registrado en 2009 a fines de marzo de 2014 los impagos de las empresas ligeramente inferiores llegando al 4% menos en un año[3]. Estos 2.765 casos representan el 31% de las insolvencias de empresas en el país. En Francia, la tendencia ha aumentado a lo largo de un año con un 4% más a igual periodo y afecta a 4.682 , que representa el 7,3% de las empresas galas. Sin embargo, en contraste con el caso español, el número de insolvencias está mejorando gradualmente desde su nivel récord de 2009 que alcanzó 5.155 insolvencias.

 

El clima macroeconómico particularmente difícil en España parece explicar las dificultades de las. Al mismo tiempo, la dureza de la crisis con descenso del crecimiento en un -1,2% en 2013, dio lugar a un profundo cambio en las  españolas. A pesar de la elevada deuda de un 97,9% del PIB en el tercer trimestre de 2013, que obligó a éstas a reducir sus pasivos, en detrimento de su capacidad de inversión; y la gran presión sobre el flujo de efectivo, derivado de la contracción del crédito. Esta fue de casi un 45% en 2013, mientras que Francia registró el margen más bajo de Europa con un 30%. La otra consecuencia positiva de la crisis es que para compensar el estancamiento de la demanda interna, las  españolas han tenido que abrirse al mercado internacional, de tal modo que el 25% de ellas son actualmente exportadoras en comparación con el 19% de Francia, lo que ha suavizado la recesión.

 

En Francia, los efectos de la crisis han sido menos marcados. Coface observa una atrofia peligrosa de la situación de las empresas, como lo demuestra el alto y persistente nivel de insolvencias. Las  no han mejorado la competitividad de sus precios, lo cual les hubiera permitido ganar cuota de mercado en las exportaciones. Estas necesitarían un apoyo importante por parte del consumo doméstico, sin embargo, poco a poco este apoyo es cada vez menor, como se observa por la contracción del gasto de los hogares observada en el primer trimestre de 2014 con un 0,5% menos en relación al cuarto trimestre de 2013.

 

Según las previsiones de Coface para España – donde se confirma la recuperación – bajo el supuesto de un ligero repunte del consumo de 1,1%, un aumento significativo de las exportaciones de bienes de un 5,5%y la estabilización de los costos de mano de obra de la construcción, las insolvencias deberían caer al menos un 13%.

 

En Francia, la mejora no será tan significativa. El número de quiebras debería estabilizarse en un 0.5% menos durante el presente año. Ello sujeto a un ritmo moderado del aumento del consumo con un +0,8%, un dinamismo de las exportaciones de servicios con un 3% más y si hay a un ligero aumento del costo de la mano de obra en el sector de la construcción con un 0,5%.

 

“Desde esta perspectiva es importante tener en cuenta que Chile exporta principalmente a medianas y pequeñas empresas, la excepción está en las grandes o multinacionales que tienen mayores espaldas financieras. Por ello aunque el panorama se ve algo más auspicioso enEuropa, particularmente Alemania y España, hay que estar alerta a cualquier atraso en el pago de las pymes. El consumo de los hogares es cauto y ello afecta directamente en el consumo y comercio. Es más, lo ideal es anticiparse y usar las herramientas que establece el mercado de modo de recuperar las divisas esperadas como también preferir a los compradores ya conocidos que explorar en nuevos, al menos hasta las cifras sean más alentadoras y estables.”, aconseja Louis des Cars, CEO Coface Chile

 

[1] PYME: empresa con un número entre 10 y 249 empleados, con ventas anuales no superiores a los 50 M € o un balance general por debajo de los  43 M€.

 

[2] El valor añadido de los sectores empresariales, excluyendo la agricultura, actividades financieras y de administración pública. Fuente: Eurostat.

 

[3] Desde febrero de 2013 a marzo de 2014, en comparación con el mismo período del año anterior.

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