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23/04/2015
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Economistas: extender estímulo fiscal no es compatible con cerrar déficit estructural en 2018 / Diario el Pulso

— “La política fiscal que decidamos para 2016 y 2017 será comunicada en su debido momento. Hay un instante donde eso se hace, que es cuando se envía el proyecto de la Ley de Presupuestos y eso será a fines de septiembre”, señaló el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, al ser consultado si mantendrá la expansividad fiscal el próximo año.

Sin embargo, el debate ya está instalado. A nivel político se acordó revisar las cifras fiscales el próximo 11 de mayo, cuando el jefe de las finanzas públicas asista a la Comisión Mixta de Presupuestos y entregue proyecciones de ingresos y gastos para éste y el próximo año, y se sincere la necesidad de mantener un Presupuesto expansivo para 2016 debido a que la inversión privada no da señales de repunte.

Y a nivel técnico, los economistas coinciden en que si se mantiene este estímulo fiscal expansivo, no se logrará cerrar el déficit fiscal estructural en 2018, como se comprometió el Gobierno.

Pese a estas dudas , el secretario de Estado afirmó ayer que “la política fiscal en adelante va a estar dentro del marco del balance estructural todo el período; y cuáles vayan a ser sus expansiones, será debidamente informado cuando corresponda; es decir, cuando enviemos la Ley de Presupuestos del 2016, a fines de septiembre de este año”.

Para este año, el Gobierno espera que el déficit estructural se ubique en 1,1%, no obstante, las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que llegará a -2,2%, en línea con algunas proyecciones de economistas privados.

Los expertos argumentan además que para los próximos años los ingresos estructurales serán menores, ya que esperan que el PIB potencial que hoy se ubica en 4,3% se corrija bajo 4% y que el precio del cobre de largo plazo situado en US$3,07 pase a niveles bajo US$3 la libra. Todo esto dejará más estrecha las arcas fiscales.

 El economista jefe de Principal, Valentín Carril, señaló que “es probable que siga siendo expansivo el presupuesto en 2016”, aunque agregó que no es necesario, porque “el PIB potencial es menor al que estiman las autoridades económicas y lo óptimo es que la economía crezca en línea con su potencial para no generar externalidades”. El experto argumentó que “el estímulo fiscal lleva a que la economía crezca al igual que el potencial, pero si ese potencial es menor al que se estima, puede sobrecalentar la economía”. Así, bajo el supuesto de un mayor estímulo fiscal, Carril aseveró que “una de las cosas más obvias si es que se mantiene, es que se complica la meta de balance estructural. Y eso es probable que ocurra si sigue con un gasto expansivo”, agregó.

Dalibor Eterovic, economista jefe de Grupo Security, añadió que “si el próximo año el gasto público crece entre 5% y 6% se puede ir convergiendo hacia la meta de balance. Ahora, si se decide un mayor impulso se estaría más tiempo desviado de la meta de balance, por lo tanto, lo más probable que la trayectoria hacia el balance fiscal sería más lenta”.

Eterovic agregó que para la elaboración del Presupuesto del próximo año “el Gobierno podría argumentar que se mantendrá un estímulo fiscal importante para lograr reactivar al sector privado, y luego con un sector privado más fuerte contraer el gasto público más rápido y llegar a la meta hacia 2018; pero ese escenario es probable que no suceda y por ello el riesgo es que no se llegue al equilibrio fiscal en 2018”.

Erik Haindl académico de la Universidad Gabriela Mistral puntualizó que “no se debería necesitar un estí- mulo fiscal tan expansivo si es que existe el compromiso de lograr un balance fiscal en 2018, y tomando como base que la economía debería comenzar a repuntar el próximo año”.

Ángel Cabrera, economista de Forecast, subrayó que “es bien probable que nos vayamos a quedar con un déficit estructural en torno a 2% hacia 2018. Además, desde que se planteó como meta que el balance se iba a lograr en 2018, cuando este Gobierno ya no esté en ejercicio, me hace pensar que nunca ha habido una intención de llegar a un balance estructural”.

INVERSIÓN PRIVADA. En la inversión privada debe estar puesto el foco del Gobierno para reactivar la economía, es la opinión coincidente de los analistas. En ese contexto, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI Estudios, dijo que más que seguir impulsando la economía a través del gasto público se debe “recuperar la confianza, ya que mientras no veamos mejores expectativas, será más difícil reactivar la inversión”.

Asimismo, argumentó que “en la medida que las empresas y los consumidores vean expectativas mejores, y más estabilidad en el empleo, se contagiarán y generarán un mejor ambiente en general”. Por esta razón Lehmann indicó que no es recomendable seguir con una política fiscal expansiva, sino que más bien fijarse la meta de mejorar las expectativas.

“Lo central es mantener la meta de alcanzar un balance estructural al fin de este Gobierno, porque es importante mantener una solidez del punto de vista fiscal”.

Eterovic añadió que “no estamos viendo un repunte del sector privado. Y el problema adicional es que no se están dando las confianzas para que el sector privado repunte”. Misma visión entregó Haindl, quien ve necesario reforzar el discurso para levantar las expectativas y materializar los anuncios pro inversión.

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— “La política fiscal que decidamos para 2016 y 2017 será comunicada en su debido momento. Hay un instante donde eso se hace, que es cuando se envía el proyecto de la Ley de Presupuestos y eso será a fines de septiembre”, señaló el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, al ser consultado si mantendrá la expansividad fiscal el próximo año.

Sin embargo, el debate ya está instalado. A nivel político se acordó revisar las cifras fiscales el próximo 11 de mayo, cuando el jefe de las finanzas públicas asista a la Comisión Mixta de Presupuestos y entregue proyecciones de ingresos y gastos para éste y el próximo año, y se sincere la necesidad de mantener un Presupuesto expansivo para 2016 debido a que la inversión privada no da señales de repunte.

Y a nivel técnico, los economistas coinciden en que si se mantiene este estímulo fiscal expansivo, no se logrará cerrar el déficit fiscal estructural en 2018, como se comprometió el Gobierno.

Pese a estas dudas , el secretario de Estado afirmó ayer que “la política fiscal en adelante va a estar dentro del marco del balance estructural todo el período; y cuáles vayan a ser sus expansiones, será debidamente informado cuando corresponda; es decir, cuando enviemos la Ley de Presupuestos del 2016, a fines de septiembre de este año”.

Para este año, el Gobierno espera que el déficit estructural se ubique en 1,1%, no obstante, las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que llegará a -2,2%, en línea con algunas proyecciones de economistas privados.

Los expertos argumentan además que para los próximos años los ingresos estructurales serán menores, ya que esperan que el PIB potencial que hoy se ubica en 4,3% se corrija bajo 4% y que el precio del cobre de largo plazo situado en US$3,07 pase a niveles bajo US$3 la libra. Todo esto dejará más estrecha las arcas fiscales.

 El economista jefe de Principal, Valentín Carril, señaló que “es probable que siga siendo expansivo el presupuesto en 2016”, aunque agregó que no es necesario, porque “el PIB potencial es menor al que estiman las autoridades económicas y lo óptimo es que la economía crezca en línea con su potencial para no generar externalidades”. El experto argumentó que “el estímulo fiscal lleva a que la economía crezca al igual que el potencial, pero si ese potencial es menor al que se estima, puede sobrecalentar la economía”. Así, bajo el supuesto de un mayor estímulo fiscal, Carril aseveró que “una de las cosas más obvias si es que se mantiene, es que se complica la meta de balance estructural. Y eso es probable que ocurra si sigue con un gasto expansivo”, agregó.

Dalibor Eterovic, economista jefe de Grupo Security, añadió que “si el próximo año el gasto público crece entre 5% y 6% se puede ir convergiendo hacia la meta de balance. Ahora, si se decide un mayor impulso se estaría más tiempo desviado de la meta de balance, por lo tanto, lo más probable que la trayectoria hacia el balance fiscal sería más lenta”.

Eterovic agregó que para la elaboración del Presupuesto del próximo año “el Gobierno podría argumentar que se mantendrá un estímulo fiscal importante para lograr reactivar al sector privado, y luego con un sector privado más fuerte contraer el gasto público más rápido y llegar a la meta hacia 2018; pero ese escenario es probable que no suceda y por ello el riesgo es que no se llegue al equilibrio fiscal en 2018”.

Erik Haindl académico de la Universidad Gabriela Mistral puntualizó que “no se debería necesitar un estí- mulo fiscal tan expansivo si es que existe el compromiso de lograr un balance fiscal en 2018, y tomando como base que la economía debería comenzar a repuntar el próximo año”.

Ángel Cabrera, economista de Forecast, subrayó que “es bien probable que nos vayamos a quedar con un déficit estructural en torno a 2% hacia 2018. Además, desde que se planteó como meta que el balance se iba a lograr en 2018, cuando este Gobierno ya no esté en ejercicio, me hace pensar que nunca ha habido una intención de llegar a un balance estructural”.

INVERSIÓN PRIVADA. En la inversión privada debe estar puesto el foco del Gobierno para reactivar la economía, es la opinión coincidente de los analistas. En ese contexto, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI Estudios, dijo que más que seguir impulsando la economía a través del gasto público se debe “recuperar la confianza, ya que mientras no veamos mejores expectativas, será más difícil reactivar la inversión”.

Asimismo, argumentó que “en la medida que las empresas y los consumidores vean expectativas mejores, y más estabilidad en el empleo, se contagiarán y generarán un mejor ambiente en general”. Por esta razón Lehmann indicó que no es recomendable seguir con una política fiscal expansiva, sino que más bien fijarse la meta de mejorar las expectativas.

“Lo central es mantener la meta de alcanzar un balance estructural al fin de este Gobierno, porque es importante mantener una solidez del punto de vista fiscal”.

Eterovic añadió que “no estamos viendo un repunte del sector privado. Y el problema adicional es que no se están dando las confianzas para que el sector privado repunte”. Misma visión entregó Haindl, quien ve necesario reforzar el discurso para levantar las expectativas y materializar los anuncios pro inversión.

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